Los elementos socioestructurales, los sociopsicológicos y los desarrollados por la Rational Choice, fundamentalmente economicistas, han servido para explicar los comportamientos persistentes, pero muestran deficiencias cuando se les pide que interpreten los cambios y las singularidades de la sociedad con la precisión que se les suponía. La mayor parte de los estudios que han tratado de ofrecer una explicación al comportamiento político en multitud de contextos, se han construido bajo el paraguas de dichos enfoques concebidos de manera racionalista. Así, los elementos sistémicos clásicos no alcanzan a capturar los determinantes de las dinámicas sociales presentes en las sociedades contemporáneas. Pensemos, por ejemplo, en los cambios propios de la globalización; en los efectos del acceso masivo a diversas fuentes de comunicación, en la aparición de mundos virtuales, entre otros. Esto ha hecho que la capacidad explicativa de la mayoría de estas concepciones se haya puesto, al menos, en duda y se requieran nuevos componentes como las emociones que ocupen dichos espacios explicativos. Con todo, lo cierto es que la lógica racional es la imperante en la explicación del comportamiento político y aunque la “revolución emocional” en nuestro campo de estudio viene ocupando un espacio cada vez más importante (Conover y Feldman, 1986; Nussbaum, 1994; Marcus y Mckuen, 1995; Marcus et al., 2000, 2005, 2006 y 2017; Neuman et al., 2007; Máiz, 2010; Hogget y Thompson, 2012; Arias Maldonado, 2016; Jaráiz et al., 2020; Rivera et al., 2021), no es menos verdad que existen todavía aristas que limar que se concretan en debates epistemológicos sobre el tratamiento emocional y su inclusión en los modelos de explicación. Por ello, el objetivo principal de este grupo de trabajo es seguir contribuyendo a esta línea de investigación. Concretamente, este grupo de trabajo está focalizado a la recepción de trabajos que aborden la importancia que el componente emocional tiene en la visión que sobre la política tienen los ciudadanos; cómo las emociones pueden afectar al proceso de toma de decisiones desde diferentes enfoques teórico-metodológicos; asimismo se tendrá presente el impacto de las emociones en el comportamiento político; el efecto de las emociones en la construcción del liderazgo político; la presencia de emociones en los discursos políticos; la construcción emocional de los mensajes políticos (líderes y partidos) en las redes sociales y su consecuente impacto comunicativo; el papel constructivista de las emociones en procesos políticos relevantes (Brexit, procés en Cataluña,…), en el auge de la extrema derecha o bien sobre la afectación del COVID-19 en la política; entre otros.