La comedia y su ejercicio se nutren de la mención y trabajo con dimensiones de la realidad social e individual ajenos a la dimensión moral y normativa. La contradicción, lo emocional, lo prohibido, el tabú y lo individual son elementos esenciales de la realidad cómica y que en el último tiempo hemos visto cómo ha sido foco de críticas, amenazas y de distintos procesos judiciales, encarcelaciones incluidas. La ofensa ha sido una reacción ya esperada en relación a la comedia.

Paradójicamente esta virulencia del sentimiento de ofensa tiene muchos elementos comunes con la reacción social y sentimiento de ofensa ante distintas decisiones judiciales relacionadas con los delitos sexuales. En este sentido, la experiencia de verse cuestionado e interpelado normativa y moralmente por la sociedad del cómico/a y del juez/a es similar aunque de distinta naturaleza. Sin embargo, ambos ejercicios dependen de un elemento irrenunciable: la verdad aceptada.

Sin verdad el cómico/a no obtendrá la risa del público; sin verdad el juez/a no será justo.
Esta ponencia trabajará el fenómeno de la ofensa aceptando su realidad ambivalente (tan pronto se puede interpretar como una reacción irracional a una verdad incómoda y frustrante o como el ejercicio de un límite ante lo inaceptable), y cómo estas reacciones influyen en la construcción social de lo justo y lo injusto. El fin último será plantear si la filosofía de la justicia y del derecho debe seguir planteándose la dicotomía justo/injusto a una dicotomía entre punible o no punible en un momento donde la propia idea de verdad ontológica está tan en entredicho.