El artículo pone en relación regionalismo y frontera en América Latina. Argumenta que las explicaciones dominantes sobre regionalismo latinoamericano pivotan sobre la asunción poco problematizada del estado weberiano, silenciando la capacidad explicativa de la frontera internacional sobre los procesos de regionalización. Así, defiende la necesidad de impulsar el diálogo entre los Estudios de regionalismo y la Geografía Política Crítica, la cual puede aportar tres giros críticos de utilidad: i) el espacio como práctica (más que superficie), ii) la frontera como centro (más que periferia) y iii) la frontera como lugar político (más que línea administrativa). Finalmente, dos conclusiones cierran el artículo: i) la necesidad de estudiar cómo la espacialidad fronteriza influye en la construcción de regiones, y cómo la integración latinoamericana modifica la noción moderna de frontera; y ii) la necesidad de profundizar en qué entendemos por regionalismo y a qué objetivos políticos responde, pues el protagonismo de las cancillerías en América Latina, evidencia su reducción a estrategia de política exterior.