La participación de la mujer en la política es un tema que desde hace décadas se ha venido discutiendo a nivel global. Buscar la paridad en la participación de hombres y mujeres sigue representando un reto en gran parte de los países de la región de América Latina y el Caribe. La República Dominicana no es ajena a esta realidad. América Latina y el Caribe (ALC) se ha dedicado en los últimos 20 años a promover la participación de la mujer de una manera más activa y desdeñar ciertos aspectos que vejan su desarrollo en el ámbito social, económico y político; podemos destacar la iniciativa, implementación y aprobación de leyes que dieron lugar a  la  cuota femenina otorgando a las mujeres la oportunidad de  acceder a mayores cargos políticos  específicamente en el poder legislativo y es la única región que tuvo seis mujeres ejerciendo el cargo de la presidencia al mismo tiempo. Aun cuando tenemos avances de esa naturaleza aun contamos con los llamados “techos de cristal” en el sector público y privado. Así también el hecho de que la cantidad de hombres que acceden al cargo de mandatario está muy por encima de la cantidad de mujeres que han tenido la oportunidad de acceder a dicho puesto. Se le añade a lo anterior la falta de oportunidades de las mujeres que aunque cuentan con una alta preparación académica, se les dificulta acceder a las posiciones de toma de decisiones. En ese sentido es de sumo valor, mirar a la región con los lentes de perspectiva de  género, para encontrar las soluciones a estas problemáticas. Con gran atención en el caso de la República Dominicana, donde se han alcanzado grandes avances en la materia, más sin embargo la situación de la mujer sigue siendo de escasa presencia en los escenarios políticos, económicos y de toma de decisiones.