La recesión económica, la gestión de la crisis y la pérdida de confianza en las dos fuerzas políticas tradicionales de España, Partido Popular y Partido Socialista, supusieron el germen que habilitó la apertura de nuevos espacios electorales que han sido aprovechados por dos partidos políticos emergentes, Podemos y Ciudadanos. Si bien los estudios de comportamiento electoral se han sostenido fundamentalmente sobre los enfoques tradicionales de las escuelas de Columbia, Michigan y Rochester, estos soslayaban el componente emocional por diversos motivos, especialmente por las dificultades propias de la medición. Con lo anterior y a partir de los estudios políticos de ámbito nacional impulsados por el Equipo de Investigaciones Políticas, este paper busca dar explicación a la configuración del comportamiento político en las elecciones generales de 2015 y 2016 más allá de los componentes tradicionales del voto introduciendo un nuevo componente emocional poniendo especial atención en la diferenciación entre viejos y nuevos partidos.