La llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de México inició un inédito cambio de régimen en el que se mezclaron elementos tradicionales de la política priísta con novedosos en los que destacan personajes y doctrinas de izquierda. López Obrador creador y líder del Movimiento de Renovación Nacional (Morena), acusa rasgos populistas, caudillescos y bonapartistas en un ambiente que le es sumamente favorable. Distante de la idea de partidos, su inclinación por movimiento resultó asaz exitosa, ya que el sistema partidario se colpasó sin remedio, y quedó con poca energía para remontar su desafavorable situación. Las elecciones presidenciales mostraron el hartazgo de una sociedad cansada de malos gobiernos, represión, corrupción y falta de seguridad, cuyos resultados favorecieron a quien parecía el salvador que llevaría al país por mejor rumbo. Las expectativas todavía se mantienen altas, a pesar de algunas medidas que han sido juzgadas por muchos como precipitadas y carentes de realismo. López Obrador se ostenta como el cuarto reformador de la historia de México, y un demócrata sin tacha, cuya austeridad y honradez personal son las mejores cartas de presentación de la sinceridad y limpieza de su proyecto de gobierno. Todavía es temprano para hacer un análisis satisfactorio de su gobierno, si bien es posible advertir rasgos ya señalados, no del todo originales, por haber sido estudiados desde antiguo por la Ciencia Política y la Historia. Resulta significativo que el cambio de régimen al que aludimos va a contrapelo del encumbramiento de regímenes de derecha y centro derecha en otras partes de América Latina, y el descrédito de la izquierda en el poder y fuera de ella en este ámbito. El propósito de la ponencia que presentamos es lograr un acercamiento analítico capaz de contribuir al debate académico respecto a los tiempos políticos de México en estos momentos, a la luz del cambio de régimen, dentro del marco de la evolución histórica nacional y de las circunstancias continentales.