Los movimientos sociales se centran en mirar los defectos de la sociedad y las variables de oportunidad dependen de su alcance cultural e institucional. Para cumplir con sus estrategias son determinantes, a su vez, las variables de tiempo junto con los elementos tanto externos como internos de las sociedades.

En efecto, uno de los principales movimientos sociales a nivel mundial y regional es el LGTBI. Entre sus demandas centrales están la igualdad y la no discriminación, asimismo una de las formas en las que se concreta esta premisa, es el reconocimiento del matrimonio igualitario.

Para el año 2001, Holanda se convertía en el primer país del mundo en aprobar el matrimonio igualitario. En 2010, Argentina sería el primero de América Latina mientras Uruguay hacía lo propio en abril de 2013 y Brasil en mayo del mismo año. Estas normativas aprobadas en principios del siglo XXI abren los debates en distintas sociedades sobre todo en las latinoamericanas donde hasta hoy, han existido posiciones totalmente contrarias no únicamente al matrimonio igualitario sino también hacia la comunidad LGTBI.

Por ello, cabe entonces preguntarse ¿Cómo Uruguay logró en 2013 la aprobación de una normativa concreta para matrimonio igualitario mientras Ecuador únicamente logró la unión de hecho? El análisis tiene por objetivo examinar los procesos políticos que el movimiento LGTBI, como protagonista de la demanda en matrimonio igualitario, ha generado frente a instituciones y actores diversos. En definitiva, se analizarán las dinámicas y los sentidos que explican cómo en Ecuador se dieron respuestas institucionales a las demandas del movimiento LGTBI, de un modo distinto que en Uruguay.