En estas primeras décadas del siglo XXI asistimos al progresivo cambio social –estructural y generacional– en materia de igualdad, acrecentado en los dos últimos años con los movimientos #MeToo de escala global y las grandes movilizaciones de mujeres. La modernización de la sociedad española y valenciana de la mano de las medidas legislativas, la ampliación de la carta de derechos sociales y la generalización de políticas públicas en materia de igualdad, conforman el panorama actual, que, sin ser conformistas y ante el eventual retroceso a corto plazo, superan en mucho la situación de los años 80 y 90.

Este cambio social puede abordarse desde múltiples posiciones, y las encuestas son una de las herramientas básicas para conocerlo y medirlo. En este sentido, la producción de las encuestas que miden las percepciones y actitudes sobre la (des)igualdad entre hombres y mujeres ha aumentado de manera significativa y la Comunidad Valenciana no escapa a esta dinámica.

¿Pensamos que los hombres son mejores líderes que las mujeres? ¿Cómo valoramos las políticas de conciliación? ¿Somos optimistas ante el futuro respecto a la igualdad entre hombres y mujeres? Son cuestiones presentes en las baterías de preguntas de las encuestas; cuestiones que deben ser abordadas y solucionadas por las políticas públicas. Esto nos lleva a la segunda parte de toda encuesta: ¿es empleada por los gestores públicos para mejorar, adecuar o diseñar las acciones? ¿O queda como fotografía de un momento concreto para un uso fundamentalmente académico?

El presente estudio analiza los resultados de las principales encuestas realizadas en los últimos años sobre las percepciones de la sociedad valenciana a propósito de las igualdades y desigualdades entre hombres y mujeres, y pretende reflexionar acerca del uso de las encuestas en el diseño de las políticas públicas.