El comienzo del siglo XXI se ha caracterizado por un interés renovado por las políticas destinadas específicamente a las ciudades, tanto a nivel internacional como nacional. Este hecho es significativo en tanto que pocos países han contado con una política nacional explícita “de” o “para” las ciudades (Van der Berg et al., 2007). De hecho, recientemente, ONU-Hábitat y la OCDE han impulsado el National Urban Policy Programme, una iniciativa destinada a promover la puesta en marcha de políticas urbanas de alcance nacional para coordinar y articular el desarrollo sostenible de las ciudades (OCDE/UN-Hábitat, 2018). La política urbana ha sido definida como un conjunto de decisiones coherentes, derivadas de un proceso deliberativo de coordinación y que aglutina a varios actores hacia una visión y objetivos comunes, que ha de promover un desarrollo urbano a largo plazo, más transformador, inclusivo y resiliente (ONU-Hábitat, 2014). En coherencia con dicha definición, diferentes niveles de gobierno han tratado de dar respuesta no solamente a este renovado interés por las ciudades, sino a esta forma de comprender el hecho urbano en términos de política pública. Ello se ha materializado en instrumentos concretos, como son las agendas urbanas. Así, desde el año 2016 se han multiplicado los procesos de agenda urbana a nivel global, nacional, regional y local (González y Huete, 2018). La Nueva Agenda Urbana de Naciones Unidas y la Agenda Urbana para la UE (2016), la Agenda Urbana Española (2018), la Agenda Urbana de Andalucía (2018) o los actuales procesos de elaboración de la Agenda Urbana de Euskadi y Cataluña son solo algunos ejemplos. Todas ellas están llamadas a constituir un marco general a partir del cual establecer las directrices generales en relación con la intervención en áreas urbanas. Dichas agendas se sustentan en un modelo de desarrollo, entendido como marco de ideas y estándares que especifica no solo los objetivos de la política y el tipo de instrumentos que pueden utilizarse para alcanzarlos, sino también la naturaleza misma de los problemas que deben abordar (Hall, 1993: 279). Teniendo en cuenta lo anterior, este grupo de trabajo tiene como propósito contribuir a la creación de un marco analítico destinado al análisis de dichos instrumentos de política pública desde una perspectiva multinivel. Dicho marco se articulará a partir de las contribuciones que aborden las siguientes dimensiones: • Los procesos de configuración de las agendas urbanas como herramientas de política pública destinadas a responder a los retos de las ciudades en los próximos años. • El contenido de las agendas, atendiendo a los objetivos y áreas de política pública que atienden. • Los aspectos de carácter procedimental, con especial atención a los sistemas de gobernanza que se generan tanto en su diseño como en su implementación. • Análisis comparado de las diferentes agendas aprobadas, o actualmente en conformación, desde la escala global a la local. *NOTA: El contenido de esta propuesta es complementario al que presentará la profesora Rosa de la Fuente, de la Universidad Complutense de Madrid, que lleva por título “Políticas urbanas, innovación y gobernanza multinivel”, con quien nos hemos coordinado para que no se solapen los contenidos. REFERENCIAS: OCDE/ONU-Hábitat (2018). Global State of National Urban Policy, OECD Publishing, Paris/UN-HABITAT, Nairobi https://doi.org/10.1787/9789264290747-en. ONU-Hábitat (2014): New generation of Nacional urban policies. Nairobi: UN-Habitat. González Medina, M. y M.A. Huete García (2018): "Procesos de agenda y políticas de desarrollo urbano: centrando la cuestión", Revista Gestión y Análisis de Políticas Públicas. Nueva época - 20, ISSN: 1989-8991 – DOI: 10.24965/gapp.v0i20.10594 , pp. 6-13 Hall, P.A. (1993): “Policy Paradigms, Social Learning, and the State: The Case of Economic Policymaking in Britain”, Comparative Politics, 25, 3, pp. 275-296. Van der Berg, L.; Braun, E. y J. Van der Meer (2007). National Policy Responses to Urban Challenges in Europe, Hampshire: Ashgate Publishing Limited.