El punto de partida de esta propuesta es la idea de que la colonialidad no sólo ha de ser vista como acontecimiento (y herencia) histórico sino como engranaje filosófico del pensamiento moderno desde finales del siglo XIV. Si bien la filosofía y la práctica del liberalismo pueden resultar contradictorias entre sí como decía Michael Walzer, la propuesta de este panel entiende que la práctica del liberalismo político (tanto en su versión decimonónica como durante el siglo pasado hasta la actualidad) no es ajena ni puede ser vista como una anomalía desvinculada de las propias concepciones epistemológicas del liberalismo, sino que es consustancial al mismo. Podría incluso afirmarse la necesidad requerida de “producción de la dominación” para el mantenimiento y la afirmación de la política liberal, o lo que Garzón Valdés ha denominado “calamidades” (2004) El liberalismo no contiene como elementos accidentales el clasismo, el racismo, la supremacía cultural, la mercantilización de los cuerpos, el hábitat y de todas las esferas de la vivencia, sino que son ingredientes perentorios tanto de su concepción teórica como, y sobre todo, de su práctica política. Podría decirse que existe liberalismo porque existe esta condición de dominación y exclusión, por lo que no cabría entender el pensamiento político moderno y contemporáneo occidental al margen de las relaciones de dominación, sometimiento, explotación y exclusión. Como ha señalado recientemente la profesora I. Wences podríamos hablar de un parasitismo liberal ejemplificado en “las tres d”-dominación, desigualdad y desprecio (Wences, 2020) En el ámbito de la teoría y el pensamiento político, comienza a cobrar fuerza desde finales de los noventa toda una sólida labor de procesos y lógicas de colonización y descolonización de los saberes y las prácticas occidentales, integrada por el rótulo general de los estudios críticos, y fragmentada en multitud de disciplinas, pero que ha venido en denominarse como estudios anti/de - coloniales Toda esta labor de deconstrucción abraza numerosos mecanismos de “descomposición” y desciframiento, que serán objeto de análisis en este grupo de trabajo, y que pretende abrir un espacio de reflexión con pretensión de continuidad en torno a los diversos discursos contrahegemónicos al proyecto liberal occidental. Es por ello que los trabajos que son bienvenidos podrían encajar en alguna de las propuestas siguientes entre otras: -La teoría política y otras formas de sentipensar: (Escobar, Svampa, entre otrxs) -Neoesclavitud, sometimientos y marginalidad (Del 1619 Project a la Critical Race Theory) -Colonialidad del poder, del ser y del saber desde el racismo institucionalizado (Quijano, Curiel Anzaldúa, entre otrxs) -Epistemologías del Sur Global y el giro decolonial (Ballestrín, Mignolo, entre otrxs) -Encubrimiento del otro y colonialidad de los saberes (De Sousa Santos, Dussel, Lander, entre otrxs) -Pensamiento fronterizo y prácticas decolonizadoras no binarias (Rivera Cusicanqui, Anzaldúa, Dunbar Ortiz, entre otrxs) -De la crítica del universalismo al pluriverso transmoderno (Grosfoguel, Castro-Gómez, entre otrxs) -Pensamiento crítico periférico y antieurocéntrico (Fanon, Devés Valdés, Quijano, entre otrxs) -Crítica de (pos) colonial a las prácticas del feminismo (Gago, Dorlin, Gargallo, Ochoa Muñoz, Lugones, entre otrxs) Todos estos elementos del debate, y muchos más que podrían incluirse, deben ser contemplados desde la lógica de la agregación y superposición de mecanismos de opresión que quedan bien descritos en los trabajos de interseccionalidad (Crenshaw, Hill Collins, …) que son igualmente bien recibidos