Los resultados electorales y las encuestas de opinión ponen de manifiesto que la población catalana está dividida casi a la mitad entre secesionismo y unionismo, con cierto predominio de la segunda opción. Sin embargo, la visibilidad pública de estos grupos es muy desigual: los secesionistas expresan de manera regular sus preferencias a través de todo tipo de actividades políticas, mientras que los unionistas lo hacen en medida mucho menor. Este diferencial participativo se podría deber a diversas razones, que incluyen la desigualdad en la intensidad de las preferencias o en la importancia atribuida a la cuestión de la independencia/unión; las diferencias en las características sociodemográficas, posición social y orientaciones políticas de los unionistas y los secesionistas; y la existencia de un contexto asimétrico, en el cual los incentivos sociales y la oferta de movilización son favorables al secesionismo. Utilizando una encuesta realizada por el ICPS en 2018, ponemos a prueba la relevancia explicativa de estos factores. En unos casos (importancia del tema, características individuales, orientaciones políticas) lo hacemos de modo directo; en otros (contexto) tenemos que hacerlo de modo indirecto, mediante la comparación entre los determinantes de la participación en actividades políticas y de la conversación privada sobre el tema de la independencia, bajo el supuesto de que esta última es menos dependiente del contexto y de la existencia de una oferta externa de movilización.