Una de las obras teóricas más interesantes para pensar nuestra realidad social vigente, desde un materialismo heterodoxo de izquierdas, ha sido, sin duda alguna, la de Antonio Negri (y Michael Hardt). Prueba de ello ha sido la reconceptualización que ha trazado el filósofo italiano de algunas nociones políticas para explicar el tránsito del paradigma moderno al posmoderno, enfocando de esta manera su reflexión en la tensión que se daría entre unos términos, hijos de la nueva realidad social, y otros representantes del viejo orden moderno: Estado/Imperio, clase obrera o pueblo/ multitud, producción material /inmaterial, público/ común, ciudad industrial/metrópolis biopolítica, etc.

De todos modos, la presente ponencia no se centrará en la exposición de este nuevo léxico político, aunque de él nos serviremos para los análisis, ni en algunas de sus reflexiones más conocidas recogidas en sus bestsellers, Imperio y Multitud, sobre la constitución del nuevo orden político global y el sujeto político colectivo, sino en su visión productivista del mundo social posmoderno y su concepción materialista de los sujetos; relacionados respectivamente, por un lado, con la noción marxiana de subsunción real y la foucaultiana de biopoder/biopolítica y, por otro lado, con la metamorfosis antropológica y el horizonte posthumanista. Ello es lo que nos permitirá atisbar en su obra una reflexión original para poder articular la nueva estructura social con las nuevas subjetividades producibles y productivas en base al desarrollo tecnológico, fundado en lo que Marx denominó el “General Intellect”, dentro del marco de la subsunción de la vida en el capital.

En este sentido, la descripción de la condición posmoderna se asocia al marco biopolítico y al de la subsunción real; esto es, la concepción de que el capitalismo es constituyente de todo el campo social, sin la existencia de ningún afuera, tomando a todo el vivir como objeto de su dominio para la extracción de riqueza social, en la medida que la producción inmaterial o biopolítica cada vez está más relacionada con los afectos y las nuevas tecnologías, ligados ambos al común y la cooperación social: al mismo desarrollo del vivir de las multitudes. Sin embargo, esto no supone una actitud pesimista para el teórico italiano, pues es en esta misma coyuntura, en el seno de la propia subsunción, donde se muestra la dependencia del capital para obtener ganancia de las multitudes, que son las encargadas de producir la vida social de manera autónoma al capital; vislumbrándose con ello la posibilidad de elaborar un proyecto emancipador. De esta manera, Negri ha observado una inversión de la subsunción: de la subsunción de la vida por lo abstracto en un principio, en la génesis de la temporalidad posmoderna, a la subsunción de lo abstracto por la vida en tiempos más recientes. Entendiendo aquí lo abstracto por los dispositivos tecnológicos y maquínicos, la virtualidad, la inmaterialidad productiva o la cientificidad social-cibernética. En este nuevo terreno social y existencial, los sujetos se instalan en lo abstracto, prolongan su ser en los dispositivos maquínicos; en definitiva, devienen hombres-máquina. Frente a cualquier esencialismo o naturalismo de lo humano, Negri aboga por una hibridación y metamorfosis constante de los cuerpos, por unos sujetos en constante devenir y mutación, que liga su obra no sólo con la visión de máquinas productivas y deseantes de Deleuze, sino con el cyborg de D.  Haraway o la performatividad de los cuerpos de J. Butler.

En última instancia, frente a las concepciones pesimistas sobre las nuevas condiciones sociales que inaugura el capitalismo actual, asociadas a las innovaciones tecnológicas, como en los casos de Byung Chul Han o el colectivo Tiqqun, que caen en el nihilismo o en la búsqueda una autenticidad fuera del marco de los dispositivos tecnológicos y de las simulaciones de una sociedad espectacular; Negri, por el contrario, observa en estas nuevas condiciones materiales la situación para operar políticamente, donde el horizonte poshumano no es una amenaza sino una oportunidad y una realidad.