El Ártico un terreno que había permanecido tradicionalmente congelado, es ahora una nueva tierra de oportunidades. Los efectos del cambio climático unidos a la reciente globalización han producido que diferentes actores tanto con presencia en el Ártico como los que no, busquen la forma de obtener beneficios económicos. Al mismo tiempo, también aparecen desafíos medioambientales a los que estos actores deberán enfrentarse para salvaguardar la estabilidad de la zona. Sobre todo aquellos que tienen relación con la preservación de la cultura y tradiciones indígenas de los ciudadanos que viven en el Ártico. La Unión Europea (UE), que desde hace décadas está llevando a cabo acciones en este terreno a través de diferentes políticas, se alza como uno de los actores de peso dentro de la geopolítica ártica. En este contexto, la cooperación entre las diferentes potencias y organizaciones sería el instrumento para desarrollar una gobernanza pacífica en la región. Una cooperación que tendría como escenario de debate el Consejo Ártico. Sin embargo, el Consejo Ártico lleva rechazando a la UE el estatuto de observador permanente desde 2009. Esta comunicación propone analiza los intereses, el compromiso y el papel de la UE en la región Ártica y argumenta que una mejor comprensión entre el Consejo Ártico y la UE contribuiría sustancialmente a la paz , desarrollo y derechos humanos en los territorios árticos.