Si bien el sentimiento de desafección en el estado de malestar de la sociedad democrática española no es nuevo, sino que consta como “un bien necesario” con un “carácter extensivo e inherente” de los diferentes estratos sociales, como lo es en cualquier sociedad democrática (Easton D., 1975; Pahrr y Putnam, 2000; Sánchez Muñoz, 2015), que evidencia actitudes y sentimientos de alejamiento de la ciudadanía con la política, así como juicios evaluativos negativos hacia sus instituciones. Sin embargo, sí es nuevo el trabajo que está realizando el sistema en la reparación de los puntos de fricción entre democracia y ciudadanía (Paradigma del Open Government como el nuevo paradigma de gobernanza) con el objetivo de generar nuevos canales de comunicación o de restaurar unos roles eficaces y efectivos de los actores y de las instituciones mediante la promoción de la participación ciudadana, el buen gobierno, la transparencia, la rendición de cuentas, la innovación pública y otros tantos conceptos que abogan por construir una democracia de mayor calidad.

Entendemos que este cambio es producto de la conversión de la ciudadanía desafecta a una ciudadanía desafecta reactiva, que con sus actitudes y comportamientos ha sido capaz de interceder en los acontecimientos políticos, posibilitando cambios en las agendas políticas y en el sistema de partidos.

Nuestro interés en este trabajo es conocer hasta qué punto las acciones de esa ciudadanía reactiva –centrándonos en el sector juvenil como el grupo de edad más desafecto–, a través de su expresión electoral, ha intercedido en los resultados de las pasadas elecciones autonómicas andaluzas del 2 de diciembre de 2018. Para ello, trataremos de responder preguntas como ¿qué nivel de desafección mostraba la población andaluza juvenil en las anteriores elecciones autonómicas?, ¿qué variación se observó en dicho estado de desafección reactiva de la juventud andaluza en el contexto de las elecciones de 2018? o ¿en qué medida las expresiones de comportamiento electoral desafecto reactivo han incidido en los resultados electorales? Para ello se recurrirá a datos de opinión de los estudios preelectorales del CIS de las citas de 2015 y 2018 además del estudio postelectoral de 2018 (E3050, E3230 y E3236, respectivamente).