Inteligencia emocional del político
- Programa:
- Sesión 3, Sesión 3
Día: miércoles, 10 de julio de 2019
Hora: 16:00 a 17:45
Lugar: Aula 002C
EMOCIÓN POLÍTICA PARA LIDERAR
Es evidente que cuando la política es solo pasión y emoción, la probabilidad de que la tensión social aparezca y el invento de la convivencia democrática quede hecha añicos es muy elevada. Pero pretender, consciente o inconscientemente, que la política esté despojada de pasión y emoción es poner las bases para un proceso de liquidación social de la política.
LIDERAZGO EMOCIONAL
La base del liderazgo emocional se trata en estimular todas las emociones existentes para influenciar a la persona y así, liderarla. Sin embargo, es necesario medirse; la mayoría de las personas reaccionamos de manera similar a ciertos estímulos, entonces, es preciso tener en cuenta dos aspectos de la inteligencia emocional e interpersonal que te permitirá liderar con mucha más rapidez y efectividad: le empatía y la habilidad social. Por un lado, la empatía es la habilidad para entender las necesidades, sentimientos y dificultades de otras personas, el poder ponerse en el lugar de los demás; poder escuchar y entender sus problemas y responder cortésmente a sus reacciones emocionales. Por el otro, la competencia social, es decir, la habilidad para relacionarse socialmente es un factor primordial para un líder. Se trata de saber influenciar y de esa forma poder persuadir a los demás. Las personas que poseen habilidades sociales son excelentes negociadores, tienen una gran capacidad para encabezar grupos y dirigir cambios.
5 ELEMENTO DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN EL LIDER
Daniel Goleman, psicólogo norteamericano que contribuyó a popularizar la inteligencia emocional, señala que esta tiene cinco elementos principales:
La conciencia de sí mismo:
Si un líder es consciente de sí mismo y siempre sabe cómo se siente, sabrá cómo sus emociones y sus acciones pueden afectar a las personas que le rodean. El líder político que es consciente de sí mismo sabrá asumir su posición en la organización que lidera y en el escenario político en el que participa. Esto implica tener claridad de sus fortalezas y debilidades.
La autorregulación:
El líder político que se autorregula eficazmente no suele atacar verbalmente a sus adversarios, ni toma decisiones apresuradas o emocionales. La autorregulación ayuda a mantener el control y el líder que se autorregula suele admitir sus errores; e incluso en situaciones extremas de victoria o derrota, el líder sabe mostrar serenidad.
La motivación:
El líder político tiene como motivación el participar en política para contribuir al bien común. Esto lo impulsa a trabajar en forma persistente y constante. Esta motivación debe ser transmitida a sus colaboradores, tanto en tiempos de campaña electoral como cuando no hay elecciones a la vista.
La empatía:
Un liderazgo sin empatía es vacío. Los líderes con empatía son capaces de ponerse en el lugar de otra persona y saben escuchar las necesidades de la gente. La empatía es fundamental tanto para llegar a la propia militancia como para llegar a la opinión pública y lograr que esta haga suyos los mensajes y propuestas del líder.
Las habilidades sociales:
En el liderazgo político, el dominio de las habilidades sociales de la inteligencia emocional se traduce en la capacidad de comunicación. Un líder político debe ser un gran comunicador. Las habilidades sociales también tienen que ver con la capacidad resolver de conflictos y de gestionar el cambio.
Cuanta mayor capacidad tenga el líder para administrar cada uno de estos elementos, mayor será su inteligencia emocional. Un buen manejo de los cinco elementos de la inteligencia emocional permitirá construir una imagen positiva y sólida del líder político. Por el contrario, un líder que responde mal a las preguntas de los periodistas, o que reacciona desaforado ante una determinada circunstancia, verá su imagen deteriorada.
INTELIGENCIA EMOCIONAL EN LA POLITICA
Actualmente se tiene un marcado interés por las emociones y los sentimientos como elementos centrales de la comunicación política. Más allá de la vanidad ideológica, de la prepotencia programática, de los gestos envalentonados y desafiantes, de los rostros duros de los candidatos, los votantes prefieren ver y escuchar expresiones que despierten emociones y sentimientos positivos; quieren sentir a los candidatos como personas compasivas, altruistas, corteses, humanas, tiernas, amistosas, cordiales; que apelen a lo mejor que llevamos dentro y nos inviten a crecer como individuos y como sociedad en vez de líderes que juegan con nuestros miedos y nuestras necesidades.
MERCADEO EMOCIONAL
La mercadotecnia de las emociones que sirve de base a la política de las emociones enfatiza que quienes deciden participar en política orientan su decisión de voto en sus emociones y sentimientos. La política implica la movilización de emociones a favor o en contra de un partido o un candidato. El candidato o partido que triunfa en los comicios no necesariamente es el mejor, es el que es percibido como el mejor por la mayoría de los electores que acuden a votar.
EMOCIONES EN COMUNICACIÓN POLÍTICA
Las emociones en comunicación política son el primer elemento que hay que tener en cuenta a la hora de comunicar ya que, por nuestra naturaleza y por la naturaleza de nuestro cerebro, aquello que verdaderamente nos emociona es lo que seremos capaces de recordar. Solo aquello que hace sentir, que causa un determinado impacto, es susceptible de almacenarse en el recuerdo. Se habla de emociones en comunicación política desde el preciso instante en el que se niega ignorar que el cerebro político es emocional. El estudio de las emociones incide en las campañas electorales y en los gobiernos y se parte de la base de que la mayoría de las personas son fieles a un partido, más allá de las razones para votar. La política es emoción, sensación, identidad, conexión, empatía, y no solo debate sobre programas y propuestas detalladas.
Bien es cierto que la política en general tiene un gran desconocimiento de cómo funciona el cerebro. Este desconocimiento conduce a determinados prejuicios, como pensar que la política únicamente son razones y que las emociones distorsionan, alteran, de alguna manera y condicionan el auténtico núcleo de la política, que son las ideas, las propuestas, las ideologías. Pero lo cierto es que el cerebro funciona de otra manera más natural, más… humana. Acabamos pensando lo que sentimos. Y no saberlo, no entender hasta qué punto la cerradura de la puerta de la razón es la cerradura emocional, que es por la aprehensión emocional por donde entran las ideas, es un gravísimo error.
Palabras clave: EMOCIONES