La transformación de las amenazas a los estados ha sido vertiginosa en los últimos debido a los desarrollos tecnológicos en comunicación y movilidad tanto de recursos humanos como financieros, y de productos demandados en los mercados criminales, lo que ha generado redes de crimen transnacional con gran poderío económico operando en conjunto desde diversos territorios, e integrando de esta manera cadenas de grupos especializados en actividades ilícitas a nivel local con influencias globales.

Adicionalmente, la democratización de los canales de comunicación ha fomentado una participación mayor de la sociedad civil en los temas públicos, lo que posiciona a los diversos grupos civiles organizados como actores clave en la ejecución de las políticas estatales, incluso en materia de defensa.

En este escenario novedoso y en cambio constante, las políticas de defensa nacionales y su correspondiente planeamiento requieren nuevas estructuras que permitan flexibilidad para sostener sus principios y valores en permanente conexión con la cambiante realidad que las poblaciones que defienden están enfrentando. De tal manera que el rol de las fuerzas armadas trascienda la reacción a las amenazas existentes y pueda actuar prospectivamente en la modelación del estado que se desea para el desarrollo conjunto de sus sociedades.

Reconociendo que no se puede entender a las amenazas actuales sin considerar los programas y acciones realizados entorno a la seguridad, el presente documento expone la evolución de la política de defensa en México en el marco de la consolidación democrática que atraviesa el país desde los últimos años del siglo XX y el incremento de las operaciones de grupos de crimen transnacional con gran influencia en un entorno global.