Esta comunicación tiene como objetivo reflexionar en torno a la institucionalización de la interseccionalidad como dispositivo para la profundización democrática, a través de la elaboración de productos políticos sensibles a la complejidad de las llamadas desigualdades múltiples o desigualdades en cruce. La propuesta se contextualiza en el trabajo de una Tesis Doctoral en curso que, partiendo de la centralidad ontológica y epistemológica del Feminismo Negro en la genealogía de la interseccionalidad (Combahee River Collective, 1977; Collins, 1998; 2000; hooks, 1984; Davis, 2005), analiza la institucionalización de esta herramienta en España desde un marco conceptual sensible a las relaciones de poder que estructuran este proceso (Bilge, 2013; 2014; Luft y Ward, 2015; Collins y Bilge, 2016; Fassa et al. 2016; Collins, 2017).

Para ello, la propuesta moviliza diversas herramientas conceptuales en torno a la Sociología de la Acción Pública (Lascoumes y Le Galès, 2014), que enfatizan la acción pública como “un espacio sociopolítico construido a través de técnicas e instrumentos, finalidades y proyectos” (Lascoumes y Le Gales, 2005: 12). En el centro de este enfoque está la idea de que comprender la acción pública a través de sus instrumentos dirime cuestiones básicas de sociología política. Con estas cuestiones nos referimos, por un lado, a la construcción, desde un punto de vista constructivista, de referenciales de política o de luchas por los marcos hegemónicos de significado (Jobert y Muller, 1987; Muller, 2000, 2005). Por otro lado, a las dinámicas de apropiación de las políticas públicas, que ponen su atención en los efectos esperados e inesperados a lo largo de la puesta en marcha de las políticas (Laborier y Lascoumes, 2005; Lascoumes y Le Galès, 2014; Lascoumes y Le Galès, 2004).

Este enclave metodológico servirá para explorar algunas cuestiones que, desde parte de la literatura, ponen en diálogo crítico la institucionalización de la interseccionalidad y la profundización democrática: desde el punto de vista, por un lado, de la extensión de la racionalidad económica neoliberal a los proyectos de justicia social, a través de la asimilación de la interseccionalidad a lógicas manageriales y de mercado (Bilge, 2013, 2014; Luft y Ward, 2015); y desde el punto de vista, por otro lado, de un tipo de racionalidad científica que aleja la interseccionalidad de su proyecto originario de justicia social, a través de la asimilación a las normas epistemológicas y metodológicas del campo del saber institucionalizado (Knapp, 2005; Lewis, 2009; Möser, 2016; Crenshaw, 2016; Collins, 2016).  Estas dimensiones servirán como punto de partida para explorar, por medio de un constraste empírico en fase inicial, hasta qué punto y con qué límites constituye la institucionalización de la interseccionalidad un insumo para democratizar la práctica de la administración a través de sus productos políticos en el contexto español.