En La démocratie et l’organisation des partis politiques (1903), Moisei Ostrogorski (1854-1921) llevó a cabo el que ha sido considerado como uno de los trabajos fundacionales de la ciencia política moderna y del estudio de los partidos de masas y de las élites inglesas y norteamericanas (Lipset, Rosanvallon, Bellamy). Normalmente, este autor de origen ruso y bagaje francés ha sido encuadrado como parte integrante de las teorías elitistas junto a otras figuras algo posteriores como Robert Michels, Gaetano Mosca o Vilfredo Pareto. Estos pensadores elitistas de la Europa continental acabaron asumiendo, en mayor o menor medida, posiciones contrarias al parlamentarismo.

A través de un estudio más profundo de su trayectoria vital (con fuentes inéditas como su correspondencia con Lucien Lévy-Bruhl), que atiende a su experiencia en primera persona del antisemitismo francés durante el caso Dreyfus y de la política revolucionaria rusa (1903-1921) y de una lectura detenida de su obra, este trabajo discute la identificación acrítica de Ostrogorski como parte del pensamiento antiparlamentario de los elitistas continentales. El autor ruso se caracterizó por plantear una censura al funcionamiento mecánico y jerárquico de las organizaciones de partido que no excluía la posibilidad de imaginar otras alternativas para articular la representación política en un sentido democrático. Igualmente, tanto en su obra como en su actividad política en Francia y en Rusia, se posicionó como un comprometido defensor del parlamentarismo liberal y de los derechos de las minorías. Estas diferencias con el pensamiento elitista fueron señaladas por sus propios representantes en las lecturas que realizaron del autor ruso. Sin embargo, paradójicamente, las ideas de Ostrogorski fueron utilizadas por pensadores franceses contrarios al parlamentarismo como Charles Maurras, Augustin Cochin, Georges Sorel o Charles Péguy, lo que, en cierta medida, apunta a las aporías de un pensamiento liberal que, al mismo tiempo que pretendía comprometerse con la democracia, desconfiaba profundamente de la participación política de las masas.

En definitiva, la biografía y la obra de Ostrogorski, así como su relación con el contexto intelectual antiparlamentario y elitista, nos muestran la pluralidad política y metodológica de los estudios sobre las élites y los partidos de las primeras décadas del siglo XX. Igualmente, el ejemplo de Ostrogorski, junto al de otros científicos políticos angloamericanos, indican que antes de los estudios sobre las élites continentales se llevaron a cabo importantes análisis similares respecto de Inglaterra y Estados Unidos.