Esta ponencia tiene por objetivo presentar una hipótesis sobre el fenómeno de la posverdad (post-truth). El concepto ha devenido en un lugar común del lenguaje político y periodístico. El oxford dictionary catalogó el termino "post-truth" como palabra del año en 2016 tras la inflación de su uso con el referendum del brexit y la victoria electoral de Trump, siendo definido como un estado de la política en el que los hechos objetivos son menos influyentes a la hora de conformar la opinón pública que las emociones y las opiniones personales. Desde entonces el concepto ha disfrutado de un amplio uso en la prensa ligado a su corolario de las "fake news", transmitiendo la idea implícita de que la posverdad es la condición de ciertas iniciativas espureas cuyo objetivo es la manipulación de la sociedad mediante la creación de estados de opinión emocionales que vuelven a la ciudadanía insensible a los hechos.

Frente a este sentido convencional mi ponencia pretende ofrecer un marco alternativo desde el que reflexionar la posverdad. Mi propuesta se basa en la hipótesis de que la posverdad no es una forma de manipulación, sino una época histórica y una nueva forma de enteder la opinión pública que implica reconsiderar la relación entre verdad y verosimilitud. La era de la posverdad sería el reverso distópico del ideal utópico de la "Era de la información", ideal que se popularizado en el cambio de milenio. El ideal de la Era de la información pormetía que con los avances tecnológicos promovidos por las TIC, sería posible crear una sociedad interconectada que evolucionaría hacia una sociedad/economía del conocimiento, en donde el acceso a la información sería concebida desde una clave utópica neo(pseudo)ilustrada que igualaba información con verdad.

A través de una herramienta teórica que he denominado "el triángulo de la posverdad" analizaré como con la llegada de la Era de la Información se ha tranformado nuestra relación con los canales de la opinión pública, imposibilitando que se siga dando el monopolio legítimo sobre los canales informativos  que tradicionalmente han ostentado los medios de comunicación de masas tradicionales. Esta situación ha venido acompañada por un derrumbe de las certidumbres configuradas por el relato hegemónico surgido tras la guerra fría. Pero la deslegitimación parcial del relato social neoliberal no ha acontecido por la aparición de un relato hegemónico alternativo que lo sustituya, con lo que el aumento de la incertidumbre hacia el futuro provocado por la crisis económica del 2008 y sus subsiguientes crisis políticas ha llevado a un nuevo régimen de veridicción, en el cual resulta prioritario para la ciudadanía buscar nuevos relatos de certidumbre por encima de una búsqueda de conocimiento verificable. Este objetivo resultaría por otra parte difícil de alcanzar debido a la conciencia sobre la creciente complejidad del mundo y por la ausencia de herramientas fiables con que llevar a cabo dicha búsqueda. De esta manera la Era de la Información como referente utópico del orden neoliberal se tranformaría en la distopía de la Era de la Posverdad.