La intervención rusa en la crisis de Crimea (2014), que terminó con la incorporación de la península al territorio ruso, y la operación aérea en Siria (2015) en apoyo al gobierno de Bashar al-Assad han acentuado el retorno de Rusia como actor clave en las relaciones internacionales. Esta ponencia analiza el tercer mandato presidencial de Putin (2012-2018), que arrancó con multitudinarias protestas en contra de su reelección y terminó con la consolidación de la capacidad de proyección de poder del país. A continuación, matiza las interpretaciones que sobredimensionan la influencia de Rusia en el ámbito internacional. Finalmente, caracteriza las peculiaridades del sistema político ruso y sus fundamentos ideológicos y esboza los riesgos a los que se enfrenta el cuarto mandato presidencial de Putin.