Los procesos de modernización política en nuestro país han supuesto una
transformación completa del tablero político. Según Marshall Berman, la modernidad se
caracteriza porque junto a estos procesos de modernización, de los diferentes sectores
de la sociedad, encontramos un componente cultural que los acompaña, los
modernismos.
Estos son encajes culturales que se articulan en distintos sectores de la vida pública y
que pueden ir a la par de los procesos de modernización, adelantarlos o quedarse tras
ellos. En este marco, es conveniente analizar si el discurso de la nueva formación
política, Podemos, ha supuesto un modernismo capaz de acompañar a la modernización
política.
Para ello, compararemos su evolución discursiva con la del género musical, con mayor
contenido contestatario, que ha experimentado un crecimiento en los momentos de
transformación política, el rap. Entendiendo que este último es capaz de expresar las
vivencias y demandas de los barrios humildes en España, sobretodo de la juventud.
Este análisis lo haremos desde los años previos a la nueva modernización política hasta
el año 2018, segmentándolo en varios periodos, rigiéndonos por dos criterios. Por un
lado, el análisis de este género con las categorías de Austin de actos locutivos,
perlocutivos e ilocutivos, lo que nos permitirá analizar la diversificación del género y
sus momentos de convergencia, y por otro los presupuestos teóricos de Ernesto Laclau y
Chantal Mouffe, intentando conocer en qué momentos y que sectores del género y de
podemos, plantean lógicas de la equivalencia y diferencia. Para concluir si en 2018 el
escenario de modernización política asume mejor un discurso agonista o antagonista,
pretendiendo así seguir la crítica de Marshall Berman en los signos de la calle,
queriendo observar el discurso de la vida cotidiana para poder pensar la realidad.