La Comisión Europea presentó en 2017 el "Pilar Europeo de Derechos Sociales" con la intención de un compromiso renovado con la dimensión social de la UE tras los años de la crisis. Dentro de sus primeras actuaciones, se anunció una reforma de la Directiva de permisos parentales para promover la conciliación de la vida familiar y la vida profesional de los progenitores y los cuidadores. El pasado 24 de enero, el Parlamento y el Consejo alcanzaron un acuerdo provisional sobre esta propuesta de reforma, aunque aun deberá ser aprobado formalmente. La reforma, supuestamente, pretende mejorar la conciliación e implicar a los hombres en el cuidado. Sin embargo, su configuración, que como veremos ha ido variando a lo largo del proceso resulta, a la postre, otra oportunidad perdida para hacer de la Unión una Europa más comprometida con la igualdad de mujeres y  hombres.