Desde que en 2010 la Red Española de Aprendizaje-Servicio iniciase su andadura en Portugalete (País Vasco) hasta la actualidad, el número de instituciones educativas que se han sumado a este gran proyecto, crece año tras año. La experiencia APS tiene su origen en la América Latina (especialmente Argentina y Chile) de finales de los noventa, tratando de huir de la beneficencia norteamericana en la participación de los estudiantes en los problemas sociales de su comunidad. Los proyectos APS que se desarrollan en las instituciones educativas de la Comunidad de Madrid (siendo Coslada el primer municipio que arropa esta iniciativa), cumplen diferentes cometidos: atención a personas dependientes, apoyo escolar a colectivos en riesgo de exclusión social, cooperación con actividades para personas con diversidad funcional, medio ambiente, etc. Habitualmente coordinados desde los Puntos de Información del Voluntariado (PIV) suponen una auténtica promoción de los valores democráticos de participación e implicación de las instituciones educativas en los servicios sociales comunitarios. De esta forma, las relaciones de los gobiernos locales y sus administraciones públicas con la sociedad mediante la co-creación y co-producción de servicios públicos contribuye a beneficiar, por un lado a quienes más lo necesitan y por otro, a educar en valores a quienes se están formando y algún día entrarán a formar parte del mercado de trabajo.