Luigi Ferrajoli y Pierre Rosanvallon son dos autores bien conocidos que a primera vista no tienen mucho en común. El teórico del derecho y el teórico político no solo han planteado enfoques teóricos visiblemente diferentes y distantes entre sí, sino que además se ignoran por completo en sus escritos. Las distancias entre el italiano y el francés comienzan con sus experiencias generacionales dispares y sus primeras trayectorias biográficas en diferentes contextos nacionales, continúan a través de sus posiciones políticas, compromisos asociativos, redes intelectuales, especializaciones académicas y colaboraciones institucionales; y se prolongan en gran medida en sus concepciones teóricas y su formidable producción intelectual, en particular en sus teorías de la democracia y sus concepciones respectivas de la política. No hay nada a primera vista que los ponga en diálogo y no es casualidad que no se encuentre literatura secundaria al respecto.

Con todo, hay motivos para comparar a estos dos pensadores europeos. Ambos buscan distanciarse de los supuestos profundamente arraigados del pensamiento político liberal y ofrecer alternativas sólidas a las crisis (la crisis política, la crisis social y la crisis económica) de las democracias constitucionales. Ambos sostienen que practican modalidades de la implicación cívica dentro del trabajo teórico. Ambos defienden que es una concepción de la igualdad lo que sigue siendo fundamental para la democracia, aunque manejan concepciones muy diferentes de la igualdad y de la democracia. Coinciden además en renunciar a centrarse en la democracia solo como un método para la formación de decisiones colectivas, la concepción dominante en la teoría y la filosofía política desde Kelsen hasta Bobbio, desde Schumpeter hasta Dahl; y, al mismo tiempo, el constitucionalismo representa para ambos una perspectiva inevitable para comprender y reformar las democracias actuales. Podría decirse que Ferrajoli ha sido uno de los teóricos más influyentes dentro del mundo latino por su modo de abordar las conexiones entre democracia y constitución. Rosanvallon es consciente de que las reflexiones prácticas sobre el derecho enriquecen el campo de la teoría política, que el constitucionalismo es una de las innovaciones institucionales más importantes de la democracia en el siglo XX y que seguirá siendo indispensable para el fortalecimiento de las democracias existentes.

En la ponencia contrastaré la teoría constitucional de la democracia de L. Ferrajoli y la teoría democrática del constitucionalismo de P. Rosanvallon, así como sus respectivas justificaciones del papel democratizador de los tribunales constitucionales y del control de la constitucionalidad. Argumentaré que tales teorías ofrecen sendas redescripciones de la democracia que sitúan en un primer plano su proceso de constitucionalización y que 'reenmarcan' en consecuencia el dominio de la democracia representativa-electoral al tiempo que limitan y contrarrestan las tendencias populistas e iliberales a que propende esta última. Finalmente discutiré desde ese marco equivalente algunas de las divergencias más señaladas y de las limitaciones más destacadas de los respectivos enfoques.