El estudio de las elecciones municipales y la investigación sobre su influencia en el sistema político no ha adquirido la importancia que debiera en la Ciencia Política en nuestros días. Los motivos pueden ser muchos y variados. En el caso español, la configuración del sistema político local a finales de los años setenta del siglo pasado quedó relegada ante el ímpetu con que emergió la institucionalización de las Comunidades Autónomas dando respuesta a la compleja vertebración territorial del Estado democrático. Por otra parte, las elecciones municipales han sido constantemente comparadas con las elecciones generales destacándose su aspecto secundario respecto a aquellas. También sus resultados se han analizado a partir de la influencia que ejerce el calendario electoral estatal sobre ellas. Tras cuatro décadas de elecciones municipales cuyos resultados han determinado la gobernabilidad local, procede hacer una reflexión profunda del alcance de los modelos interpretativos del comportamiento de los electores en el ámbito municipal: el modelo que conecta el voto con aspectos políticos que tomen como referente el nivel nacional (modelo de segundo orden) y el modelo basado en el ciclo electoral doméstico