Este estudio se emplaza en el campo de las consecuencias de la ruptura de pareja desde el punto de vista de las personas separadas/divorciadas. La ruptura de una unión implica un período de inestabilidad que repercute en muchas dimensiones de la vida cotidiana (salud, recursos, etc.) y su duración depende del género y la situación laboral entre otros factores. En consecuencia, las personas que rompen una unión tienen más riesgo de entrar en situaciones de vulnerabilidad social. La ruptura, además, puede ser una vía de entrada en la monoparentalidad, que está asociada con la feminización de la pobreza. El aumento de la intensidad y de la difusión de la ruptura de las uniones (se da cada vez con más frecuencia y permea todas las clases sociales) junto con las transformaciones de las estructuras familiares, obliga a situar este tema entre los retos de las políticas públicas ante los nuevos procesos y contextos de vulnerabilidad social. El trabajo aplica metodología cualitativa (encuestas semiestructuradas y líneas de vida) y análisis de redes sociales, a dos muestras (diferenciadas por clase social) de hombres y mujeres provenientes de parejas divorciadas o separadas en las cuales había hijos/as. Se pondrán en relación percepciones y hechos relacionados con las trayectorias familiares y la ruptura de la pareja, para identificar las fuentes de apoyo informal e institucional y sus repercusiones. Los resultados aportarán información sobre los procesos y trayectorias familiares de las personas en situación de vulnerabilidad social, así como la posible influencia de las políticas en dichos procesos.