Deporte y Resistencias Feministas. La construcción de la gimnasia artística femenina desde una mirada heteropatriarcal.

Autor principal:
Diana Plaza Martín (Iberoamericana, Ciudad de México)
Programa:
Sesión 2, Sesión 2
Día: miércoles, 10 de julio de 2019
Hora: 12:30 a 14:30
Lugar: Aula 003A

La mayoría de los deportes no fueron creados pensando en la mujer, sino que éstas fueron añadidas después de que las reglas hubieran sido estandarizadas para y por los hombres. Las mujeres que deseaban participar en la mayoría de deportes se debían conformar con el preexistente ideal masculino, quedándoles solo la posibilidad del - menos-, esto es, menos demandante, menos difícil, menos espectacular (menos peso, altura, distancia, minutos). No obstante, se podría decir que la gimnasia artística femenina escapa a esta lógica del - menos- al ser una disciplina que solo tiene en común con la de los hombres dos aparatos (suelo y salto de caballo); mismos en los que hay una gran diferencia en torno al componente artístico, además de que  cada disciplina posee un aparato que les diferencia aún más en términos de sus necesidades técnicas y físicas (la viga de equilibrios en las mujeres y las anillas en los hombres). Estas diferencias hacen que cada modalidad tenga un comité técnico especializado que modifica las reglas de acuerdo a la disciplina. No obstante, a pesar de mencionadas diferencias, la historia de la gimnasia artística femenina no se puede entender sin la mirada de género que nos devela que desde sus inicios hasta algunas de las modificaciones realizadas a partir de la década de los sesenta, están atravesadas e incluso detonadas por la visión masculina de lo femenino de acuerdo a los roles de la mujer en la sociedad heteropatriarcal.   Es así como podemos ver que la elección de la viga de equilibrio como un aparato para las mujeres y no para los hombres responde a “mostrar a la mujer atleta alta y equilibrada en su delgado pedestal” (Pestidge, 1979,49) y algunas modificaciones o valoraciones sobre qué era lo perfecto se relacionan tanto con las disputas geopolíticas, como con los avances técnicos, como con quién debería ser “la reina”  de la gimnasia y, por ende, el ideal de mujer deportista al combinar los atributos femeninos como la ligereza, la elegancia, la armonía con las destrezas y fortaleza física. En este sentido, podríamos señalar tres períodos, uno inicial desde 1952 hasta 1966 en el que las reinas son mujeres (curvas, personalidad, poder de decisión, posicionamiento político). Un segundo entre 1966 y el fin de siglo, en el que las reinas pasan a ser princesas adolescentes con cuerpo de niñas y caras angelicales, para concluir con el iniciado a principios de siglo XXI el cual se extiende hasta la actualidad, en el que los referentes son atletas de físicos extraordinarios, que, siguiendo con nuestro imaginario medieval o de Disney nos remiten a guerreras. Así mismo, no podemos tampoco dejar de rastrear la visión racializada del ideal femenino propuesto por/para la gimnasia artística femenina, el cuál radica en su componente clásico vinculado con las culturas  occidentales (en este caso también se podría incluir a la gimnasia rítmica, al patinaje artísticos y la natación sincronizada, es decir, lugares en los que el componente artístico es fundamental y en el que los hombres en ocasiones están vedados). 

En base a todo ello, este paper pretende avanzar dentro del marco de una investigación general sobre la evolución de la gimnasia artística desde 1952 hasta la fecha, sobre los efectos de la visión heteropatriarcal en la historia de la gimnasia artística femenina, así como problemátizar si los cambios normativos de principios de siglo provienen de resistencias ante esta mirada o responden a otro tipo de lógicas como la de mercado/espectáculo. 

Palabras clave: Deporte, Feminidad, Masculinidad, Patriarcado, Gimnasia, Artística.