Las distintas manifestaciones de violencia y criminalidad en América Latina y el Caribe, ubican a la región como la más violenta en el hemisferio. No obstante, el panorama en la región para el caso colombiano es complejo y multifacético por la variedad de participantes en el contexto del conflicto armado y por la mutación de nuevos actores, bajo la modalidad de criminalidad organizada. Así, el estudio desarrolla tres premisas básicas: (1) Actualmente en Colombia las formas de la criminalidad tanto urbana como rural, han dado un giro trascendental, lo cual entrecruza la mutación del conflicto armado con la proliferación de bandas criminales emergentes. (2). Pese a la transformación del conflicto armado y la evolución de los Acuerdos de La Habana, el narcotráfico ha evolucionado como uno de los medios y no de menor importancia, que potencian la criminalidad. (3). La proliferación de las bandas criminales emergentes plantea un problema jurídico por su conformación híbrida y no existe total claridad, en torno a su tratamiento, fuera o dentro del conflicto armado. La conclusión sugiere que urge un estudio a mayor profundidad sobre las mutaciones de los participantes y las implicaciones de sus comportamientos, en un escenario donde el gobierno continúa dialogando con las FARC, pero dejando una “zona de penumbra” en relación a las nuevas formas de criminalidad organizada asociadas al conflicto armado.