Una de las principales características de la inestabilidad política de la segunda mitad del siglo XX fue la interrupción de gobiernos democráticamente electos a través de golpes de estado y una posterior implementación de gobiernos autoritarios. Al proceso mediante el cual se transitó de estos regímenes autoritarios a democráticos se conoció como la tercera ola de democratización, cuya principal característica fue el diseño de instituciones que garantizaran el respeto de derechos y libertades civiles y la celebración de elecciones confiables.   

Sin embargo, a diferencia del siglo XX, cuando la democracia en un país era interrumpida de manera abrupta a través de golpes de Estado, en el siglo XXI el elemento que caracteriza el paso de una democracia a una autocracia es que se trata de un proceso gradual, encabezado por líderes políticos electos democráticamente; a este proceso se le define como desdemocratización. Como respuesta a este proceso, los regímenes democráticos han demostrado con mayor o menor medida su capacidad de resiliencia, es decir, su capacidad de resistir a este proceso que disminuye las cualidades democráticas del régimen.

El objetivo de esta ponencia es exponer cuáles son las razones que explican que algunos de los regímenes que transitaron a la democracia durante la tercera ola y ahora experimentan un proceso de desdemocratización, han resistido a este último proceso y conservado su carácter democrático, mientras que otros han experimentado un deterioro que los han llevado a ser autocracias.