En las elecciones autonómicas de Madrid del 4 de mayo de 2021 la derecha obtuvo una amplia mayoría en la Asamblea de Madrid, y el Partido Popular, liderado por Isabel Díaz Ayuso, se situó en primer lugar con un 44,76% de los votos y mejorando en más de 20 puntos sus resultados con respecto a las anteriores elecciones de 2019, volviendo a niveles de voto que el partido no obtenía desde 2011. El resultado no es solo notable por la cantidad de votos, sino también por la proveniencia de estos votos, pues el PP logró ser la fuerza más votada en casi todos los municipios, incluso aquellos con un voto anteriormente favorable a la izquierda.

¿Qué factores explican la mejoría de los resultados de la derecha en las elecciones autonómicas del 4 de mayo de 2021?

Para responder a esta pregunta, esta ponencia realizará un análisis del voto en dichas elecciones, combinando datos agregados a nivel de sección censal, provenientes del Instituto Nacional de Estadística entre otras fuentes, y a nivel individual con la encuesta postelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas.

Se partirá de dos hipótesis básicas:

La primera establece que es en las secciones censales de menor renta donde más aumentó el voto a la derecha, y que a nivel individual la propensión de haber votado por un partido de izquierdas en 2019, y de derechas en 2021, es mayor entre las personas de clase baja.

Esta hipótesis parte de la asunción de que en dichos comicios se plantearon como un dilema entre las restricciones para frenar la expansión de la COVID-19, posición asociada a la izquierda, o la ausencia de estas, priorizando la economía, posición asociada a la derecha. Siendo así, afirmo que, dado que las consecuencias económicas tienen mayor impacto sobre las personas de pocos recursos, fue entre estas donde se observó un mayor aumento del voto a la derecha.

La segunda afirma que es en las secciones censales en las que un mayor porcentaje de la población es joven donde más aumentó el voto a la derecha, y que a nivel individual los jóvenes tienen una mayor propensión a haber votado en 2019 a la izquierda y en 2021 a la derecha.

Dos motivos respaldan esta afirmación: por un lado los jóvenes, por tener sus actitudes menos formadas, son más sensibles al contexto, y por tanto tienen más posibilidades de cambiar su voto hacia las fuerzas políticas que experimentan un gran crecimiento en un momento determinado; el segundo es que, ante el dilema salud-economía planteado por las medidas para luchar contra la pandemia de COVID-19, los jóvenes, por sufrir los efectos sobre la salud menos que las personas mayores, priorizarán en mayor medida la economía, votando más a la derecha.