El eslogan “no les votes” que se popularizó con las protestas del 15M en 2011 en España no solo puede entenderse como ilustrativo de la naturaleza del reciente ciclo de protesta y el contexto de crisis política sino también como exponente de la conexión entre las demandas de la calle y la política electoral. Sabemos que la protesta (los movimientos sociales) y la política institucional son mutuamente constitutivas. Sin embargo, la relación entre ambas ha sido abordada con más frecuencia desde la perspectiva de los efectos de las instituciones y sus dinámicas sobre la protesta, que en el sentido contrario. Sabemos más sobre cómo afectan las propiedades del contexto político y sus dinámicas sobre los procesos de movilización que sobre las consecuencias electorales y (políticas en general) de las protestas. En este grupo se pretende abordar esta relación a partir de trabajos de naturaleza empírica sobre alguna de las diversas preguntas sobre las consecuencias de la protesta.   Desde una perspectiva individual, estas preguntas pueden centrarse en las consecuencias de la protesta en la percepción de la política o en las orientaciones electorales de ciudadanos ordinarios; o en las implicaciones en la forma de hacer política en las instituciones (el estilo político) como consecuencia de la incorporación a la actividad de representación y gobierno de nuevas elites con experiencia en el campo de los movimientos sociales. Desde una perspectiva organizativa, pueden abordar las decisiones de configurar o apoyar nuevas opciones electorales, la configuración de nuevos modelos de partidos o la utilización de innovaciones políticas (apoyadas en las TICs) en sus facetas organizativas así como su difusión entre los partidos tradicionales. Desde la perspectiva de las políticas, resulta crucial ver en qué medida las demandas que plantean las protestas son incorporadas en las agendas política y programática de los partidos políticos o en la de toma de decisiones.