La relativa estabilidad de los sistemas de partidos europeos está siendo cuestionada por un número creciente de (nuevos) partidos radicales que, en las últimas elecciones al Parlamento europeo, han desafiado la tradicional alternancia entre la democracia-cristiana y la socialdemocracia imperante durante varias décadas. En el contexto de la peor crisis económica mundial en los últimos 80 años, una serie de partidos que, en términos muy genéricos, podemos calificar de populistas –a pesar de las diferencias entre ellos y las dificultades que conlleva el concepto– han ganado en su conjunto casi un cuarto de los diputados en el parlamento europeo: Syriza en Grecia, Movimento 5 Stelle en Italia, Alternative für Deutschland en Alemania, Sverigedemokraterna en Suecia, Frente Nacional en Francia o UKIP en el Reino Unido, a los que podemos añadir de Podemos en España. En España, Podemos ganó un 7,9% de los votos y cinco eurodiputados, alterando significativamente el equilibrio tradicional del sistema de partidos español. Esta comunicación pretende apuntar algunas de las causas del apoyo recibido a estos partidos populistas, diseccionar sus estrategias políticas y analizar la composición de sus electorados desde una perspectiva comparada. El análisis se ilustra con los microdatos de la European Election Study 2014 llevada a cabo en los países de la UE tras las elecciones europeas de 2014.