Desde la entrada de Vox en el Parlamento de Andalucía en 2018, el crecimiento electoral de esta formación ha sido imparable hasta convertirse en la tercera formación política del país y jugar un papel relevante en la conformación del Gobierno autonómico de Castilla y León. El crecimiento electoral del partido se ha dado en un escenario político altamente polarizado, en donde las opciones políticas se encuentran cada vez más alejadas y enemistadas, y el consenso parece lejos de lograrse en hemiciclos tan fragmentados que engloban a partidos tan diversos dentro del espectro ideológico. En este sentido, uno de los temas que ha saltado a la agenda pública en los últimos meses es el referente a la posibilidad de regular/abolir la prostitución en España, con discursos antagónicos por parte de las fuerzas políticas. Este tema, de posturas enfrentadas en función de las posiciones de los diferentes partidos, se antoja como uno de los más interesantes para su análisis por el grado de polarización que genera en la ciudadanía y de cara a las diferentes acciones legislativas que se puedan implementar desde el gobierno. Para poder probar su efecto polarizante, se ha realizado un experimento social, a través de una encuesta panel online. A través de este instrumento, se comprueba si la prostitución resulta ser tan polarizante como puede parecer a priori y, en este caso concreto, cuál es el efecto del experimento en los votantes de los principales partidos, con especial interés en el caso de los votantes de Vox. La hipótesis de investigación parte de la posibilidad de encontrar posiciones a favor de la regularización en los votantes de partidos de izquierda y en favor de la prohibición en los votantes de partidos de derecha; igualmente, se comprueba el efecto polarizante que poseen las medidas regulatorias, en función de si tales medidas provienen de partidos de derecha o de izquierda, esperando encontrar un elevado efecto cuando la medida proviene de formaciones más alejadas en el espectro ideológico.