La llegada al Gobierno de Ecuador de Rafael Correa (Alianza País) introdujo algunas modificaciones que influyen directamente en la configuración del sistema mediático del país (Hallin y Mancini, 2004): la creación de medios de comunicación públicos y oficiales (2007), la prohibición constitucional de que los poderes financieros formen parte de los medios de comunicación (2008) y la aprobación de la Ley Orgánica de Comunicación (2013). A partir de entonces, el clima comunicacional en Ecuador está marcado por un enfrentamiento directo y permanente entre el poder político (Gobierno, representado en la figura del presidente) y los medios de comunicación privados (caracterizados por el presidente de la República como “la prensa corrupta”), lo cual deriva en altos niveles de polarización. Todo ello, unido a los diferentes mecanismos legislativos con los que cuenta el ciudadano en aras de democratizar la comunicación, viene a replantear la relación que se establece entre el poder político, el sistema mediático y el ciudadano. Este paper realiza una aproximación a la citada relación, a partir de la premisa de que, en el caso de Ecuador, el primer momento en el establecimiento de la agenda (McCombs, 2004) viene determinado por la agenda política, la cual –en combinación con factores legislativos– puede llegar a convertirse en un factor de noticiabilidad (Schulz, 1995).

Para ello, realizamos un análisis de contenido y un estudio del framing de la prensa de referencia ecuatoriana (El Telégrafo –diario público–, El Comercio y El Universo) y lo pondremos en relación con la agenda política, que estudiaremos a través de los “Enlaces ciudadanos” (programa de rendición de cuentas de la Presidencia de Ecuador, que incluye una sección dedicada al tratamiento mediático de la actualidad política).