En el curso académico de 1917-1918 de la Universidad de Granada, siguiendo la inveterada tradición de pronunciar un solemne discurso con el que arrancara el curso, dicha mención y tarea fue otorgada al profesor de Derecho Político don Fernando de los Ríos Urruti. Su estancia en la venerable institución que cuatro siglo antes creara el emperador Carlos V, que se había iniciado seis años antes con la obtención de la cátedra, no sin ciertos titubeos iniciales, por la manifiesta voluntad de don Fernando de intentar abandonar Granada en cuanto pudiera, al estar alejada de los principales centros neurálgicos universitarios (Madrid, Barcelona, Valencia), se ha había consolidado por esas fechas. A un nivel vital, ya que aquí había nacido su única hija, Laura; tanto como académico porque aquí comenzó a desarrollar su pensamiento o, político, ya que por esas fechas ya había trabado contacto con el obrerismo local (con su presidencia de la cooperativa de panaderos "La emancipación"), como sus contactos previos con el socialismo. 

Con el rótulo genérico de "La crisis de la democracia" en las cuarenta páginas, siguiendo el folleto que con posterioridad editara la imprenta Guevara, trazó el curso histórico del Estado centrándose en la evoluación del concepto de soberanía y su eclosión en la Edad Contemporánea y su consolidación en los balbuceantes Estados del Bienestar del momento, que se estaban edificando en Inglaterra, Francia y Bélgica, en cuanto a mejoras de las condiciones socioeconómicas de la clase obrera. A continuación, realizó una profunda crítica a los fundamentos jurídicos en los que se sustentaba el régimen de la Restauración fundados en el papel preponderante del parlamentarismo, las medidas de excepción que coartaban la libertad de expresión y de reunión y el lacerante caciquismo que paralizaba la vida política. En sus páginas finales, proponía medidas de reforma y posibles cauces de actuación.