Tras su eclosión a finales del siglo pasado, la sostenibilidad es un concepto prominente en el ámbito de la teoría política medioambiental. Sin embargo, su condición de discurso y su amplitud semántica lo hacen incómodo para la reflexión normativa. Puesto que sigue vigente la necesidad a la que este concepto refiere – el mantenimiento duradero de relaciones socionaturales equilibradas –, es menester acercarlo a este tipo de reflexión. La tesis que se defiende en esta propuesta es que ello ha de hacerse mediante un enfoque no ideal. En otros términos, la reflexión normativa sobre la sostenibilidad ha de asumir dos condiciones: una, la ausencia de condiciones institucionales y sociales favorables para su consecución; otra, la inexistencia de un consenso general respecto a la deseabilidad de alcanzarla o la forma que debe adoptar. Cuando reflexionamos sobre la sostenibilidad, vemos que el modo en que hay que operar normativamente, teniéndose en cuenta estas condiciones, es singular. Máxime, cuando se repara en el impacto que el Antropoceno tiene en la forma de concebirla, lejos de certidumbres estables y concepciones estáticas. De esta manera, esta propuesta pretende emparentar dos tradiciones de pensamiento que, salvo algunas excepciones, se han desarrollado en paralelo hasta ahora y viven momentos de efervescencia: las teorías normativas herederas de Rawls y el amplio campo de reflexión sobre la sostenibilidad. Las primeras viven en la actualidad un interesante debate metodológico, sobre la posibilidad de hacer más sensible a la teorización respecto al mundo empírico. Por su parte, la segunda vive un periodo de revitalización, caracterizado por el empuje del ecomodernismo.