La Asociación de Regiones Fronterizas Europeas (ARFE) defiende los intereses de las regiones fronterizas y transfronterizas desde 1971, pero desde 2010 ha prestado una especial atención a los procesos de cooperación e integración transfronteriza en otros continentes. El Parlamento Europeo había llamado la atención sobre la necesidad de incorporar la Política Regional de la Unión Europea (UE) a un contexto más internacional y a la política de cooperación con países terceros de la UE. Se trataba de sumar un nuevo enfoque sobre los aspectos territoriales a la asociación estratégica entre la UE y América Latina con el fin de alcanzar mejores niveles de cohesión territorial en la región. La ARFE se sumó a este reto, particularmente en la promoción de la cooperación transfronteriza (CTF) en América Latina, habiendo elaborado desde entonces varios estudios para la Comisión Europea, la Comunidad Andina o el Sistema de Integración Centroamericana (SICA). También ha realizado más de un centenar de acciones de capacitación online y presenciales, siendo más de 4 000 los beneficiarios en distintas fronteras de América Latina.

En América Latina hay unas condiciones previas para el desarrollo regional y la CTF de carácter geográfico, histórico, económico, social y político que difieren enormemente de la situación y experiencia europeas. Pero también hay muchos elementos en común. La voluntad política para desarrollar CTF en Europa está unida al proceso de integración supranacional que se inició tras la II Guerra Mundial, pero también está ligada a procesos nacionales y subnacionales. Por razones históricas, los gobiernos nacionales latinoamericanos han sido hasta ahora los actores políticos más relevantes, mientras que las administraciones subnacionales o intermedias adolecen de una gran dependencia política y financiera de los gobiernos nacionales, y en cuanto a la planificación de infraestructuras, servicios públicos, etc. Hasta ahora no se ha producido un enfoque integral de la CTF basado en el territorio, con altos niveles de coordinación, con estructuras operativas y programas como los que se han desarrollado en Europa.

A pesar del incremento sustancial de la voluntad política para apoyar, desarrollar y fortalecer la CTF en América Latina, esta aún tiene mucho de informal y discontinua, y sigue estando poco estructurada en la mayoría de las ocasiones. Por ello, la ARFE ha debatido en estos años con los actores más relevantes distintas estrategias y proyectos, la necesidad de disponer de unos recursos financieros comunes, así como el reparto de tareas y responsabilidades entre los distintos niveles (supranacional, nacional, regional y local).