Son muchos los estudios que han tratado de dar respuesta a la diferencia en el porcentaje de voto a los partidos de extrema derecha que se observa entre hombres y mujeres. (Arzheimer y Carter, 2006; Betz, 1993b; Evans, 2005; Kessler y Freeman, 2005; Kitschelt, 1995; Givens, 2004, 2017; Lubbers y Scheepers, 2001; Lubbers et al., 2002; Mayer y Perrineau, 1992; Norris, 2009; Oesch, 2008; Spierings y Zaslove, 2015), pero todavía hoy, se trata de una pregunta de difícil respuesta.

Algunos autores han apuntado a que los temas que de los que se hacen eco los partidos de extrema derecha, como la inmigración o la ley y el orden, no son, en la misma medida, un reclamo para las mujeres que para los hombres (Evans, 2005); mientras que otros (Mudde, 2019) apuntan a que estas formaciones políticas promueven valores y propuestas políticas intrínsecamente perjudiciales para los intereses de las mujeres, como sus políticas antiaborto, entre otros argumentos.

Sin embargo, las posturas de la extrema derecha con respecto al feminismo no son comunes a todas las organizaciones que conforman esta familia: mientras algunos partidos y activistas rechazan todo lo relacionado con el feminismo; otros reconocen la importancia de los logros alcanzados durante la primera ola del feminismo, como la igualdad en la educación y en el voto, así como las mejoras en los derechos y condiciones laborales, aunque se oponen al feminismo de la segunda ola, al promover, a su juicio, posturas anti-hombres y políticas innaturales (Mudde, 2007).

En este trabajo tratamos de discernir cuál es el posicionamiento de VOX ante el movimiento feminista a fin de averiguar, mediate el empleo de técnicas cuantitativas, cuáles son las causas que han llevado a que más de un 20% de hombres que de mujeres hayan votado a VOX en las elecciones generales de noviembre de 2019, según datos del Estudio 3269 Poselectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).