La elección y etapa presidencial de Donald Trump destapó y dio visibilidad a diferentes corrientes ideológicas anteriormente ignotas para el gran público. Entre ellas, descuella el movimiento conocido como “Alt Right” fuertemente vinculado a la comunicación en red y el uso intensivo de tecnologías informáticas. Este colectivo heterogéneo ha sido uno de los principales protagonistas de las “guerras culturales” en el país americano. Además de este carácter polémico este movimiento mantiene posiciones ideológicas particulares, articulando un pensamiento innovador dentro de coordenadas y valores presentes dentro de las tradiciones políticas estaunidenses.

De manera remota, cabe señalar como antecedentes a los pensadores que elaboraron posiciones sobre el supremacismo blanco en el ámbito del “Sur Profundo” entre los siglos XIX y XX. Vinculados éstos, en la mayoría de los casos, con movimientos como el KKK. Este tipo de construcciones son coetáneas en el tiempo y en espacio con la promoción de las primeras medidas eugenésicas y de segregación.

Estas construcciones teóricas, en ocasiones presentadas dentro de formatos profundamente académicos, se han mantenido en el tiempo dentro de colectivos reducidos. La era de las TIC y el cambio de siglo han sido dos hitos que han permitido tanto su difusión como desarrollo alcanzando el estado que se aprecia a día de hoy. En este caso, las posiciones relativas a conceptos como etnoestado blanco (un Estado segregado de población exclusivamente blanca) como las manifestaciones de nacionalismo blanco (que expresa que el peso de la genética tiene consecuencias); son en ambos casos desarrollos que se enmarcan dentro de tradiciones anteriores. En paralelo es un movimiento que se manifiesta en la reivindicación del “masculinismo” en contraposición con el movimiento feminista actual.

Asimismo, cabe señalar que, si bien están fuera de la ventana de Overtone, no son un colectivo que reivindique la violencia, si no que la rechaza, distanciándose de movimientos neonazis u otras contraculturas violentas con posiciones ideológicas similares (como los Milicianos Hutaree).

Por último, quizá la mayor novedad, es la construcción de una red de publicaciones y personalidades de tipo académico, como el caso de Kevin McDonald, que estructura y a la vez consolidan un sustrato académico e ideológico propio para la “Alt Rght” en Estados Unidos.