El nuevo entorno estratégico en el que se desenvuelven las potencias, está caracterizado por un renovado protagonismo de la teoría estratégica de la disuasión y del control de la escalada.

Durante la guerra fría el entorno estratégico se caracterizaba por la política de bloques, la bipolaridad, un equilibrio militar relativamente parejo y una estrategia nuclear dominada por el concepto de "paz nuclear". Dicho entorno delineaba unas claras líneas rojas que las dos superpotencias respetaban, el equilibrio militar inducía a que no se fomentara el aventurismo militar, algo reforzado por una estrategia de destrucción mutua asegurada. Por el contrario, el nuevo entorno estratégico está caracterizado por la ausencia de líneas rojas claras y política de bloques, sin respetarse las esferas de influencia (tal y como sucede en la guerra de invasión rusa de Ucrania). El balance militar está profundamente desequilibrado y es muy asimétrico. Por ejemplo, en el Este de Europa, Rusia gozaba de una superioridad numérica y de potencia de fuego abrumadora, lo que inducía a la agresión y aventurismo militar. El balance militar en Asia también es desequilibrado, con preponderancia china actual para librar una guerra local.

Para añadir más inestabilidad estratégica, las armas atómicas no inducen a la autorestricción por temor a la destrucción masiva (tesis de la "paz nuclear"), sino que alientan las agresiones y el aventurismo. En la actualidad, podríamos hablar del concepto de "disuasión ofensiva" que se enmarca dentro del concepto de "segunda era nuclear". En esta segunda era, la disuasión sirve de escudo que permite ejecutar agresiones. Un ejemplo de ello es el empleo de la amenaza nuclear por parte de Rusia para impedir la intervención militar directa de Occidente en la guerra de Ucrania. En la segunda era, los arsenales nucleares, caracterizados por sus pequeños números, la importancia creciente de las armas defensivas y las grandes mejoras en la ofensiva y posibilidad de un primer ataque, genera una situación de gran inestabilidad.

En ese entorno, prevalecerán las potencias que tengan un mejor control de la escalada disuasiva y arsenales optimizados para esa tarea.