Varios países de América Latina han registrado un importante incremento en el número de crímenes. En esta región se localizan varios de los lugares más peligrosos y letales del mundo. A estos fenómenos se exponen millones de personas cuyo impacto va desde lo perceptivo hasta la victimización, sin embargo, poco se ha estudiado sobre sus posibles efectos en la estabilidad de los regímenes democráticos. Se piensa que tanto la victimización como la percepción de inseguridad, son variables que inciden negativamente en la valoración que la ciudadanía hace de la democracia, aunque de manera diferenciada dependiendo de ciertas circunstancias. Este trabajo presenta un análisis cuantitativo en dos fases, la primera usa los árboles de clasificación y segmentación para justipreciar el peso de un importante número de posibles determinantes en el respaldo que la ciudadanía da a la democracia. En una segunda fase, se lleva a cabo un análisis de regresión con la finalidad de verificar la incidencia entre variables en los términos que aquí se plantea, así como identificar las diferencias entre países. Para ambos procedimientos se hizo una gran fusión de bases de datos provenientes de diferentes olas del Barómetro de las Américas. Con su procesamiento se tiene que, las variables sobre inseguridad son preeminentes a otras tradicionalmente preferidas (como las económicas) y que, efectivamente, tanto la victimización por delincuencia como la percepción de inseguridad son factores importantes en la satisfacción y el apoyo a la democracia, pero con importantes matices entre países. Con esto, se tiene que las relaciones causales presentadas deben ser tomadas con mayor seriedad a la hora de explicar el estado de la democracia en determinado país y, a su vez, que no es posible generalizar los costos que estos fenómenos generan a la democracia en todos y cada uno de los países de América Latina.