La presente investigación tiene por objeto analizar los efectos de la despoblación y la reducción de los servicios públicos en los patrones de voto. Examinaremos cómo el declive poblacional y la disminución de algunos servicios como la educación o la sanidad han tenido efecto sobre el voto en España a partir de la configuración del nuevo sistema de partidos (2015 con la irrupción de Podemos y Ciudadanos). Como planteó Rickardsson (2021) para Suecia, donde encontró que cuanto mayor es la oferta de servicios públicos, menor es el voto a la derecha radical populista (DRP), esta investigación tratará de aportar luz para el caso español. 

En esta investigación, exploramos si la interacción entre despoblación y reducción de servicios públicos tuvo alguna consecuencia electoral. A diferencia de gran parte de la literatura de lugares rezagados dónde los municipios más castigados por el declive económico, principalmente rurales, suelen apoyar opciones populistas, en España el voto populista (Unidas Podemos y Vox) ha solido estar concentrado en los entornos urbanos. Dado que, en la coyuntura española parece difícil que esta sensación de agravio económico – rural – haya sido canalizada por partidos populistas, otra opción que se plantean como castigo o resentimiento, es el efecto incumbent.

Entendemos que, en los lugares dónde mayor haya sido la despoblación y la reducción de los servicios públicos, menor habrá sido el voto al partido – o partidos – en el Gobierno. Si bien, la mayor parte de los servicios públicos de los que hablamos son competencia autonómica en España (sanidad o educación), esta situación de agravio económico generalizado se suele ejercer mayoritariamente en elecciones de primer orden – comicios generales –.

Esta investigación será llevada a cabo desde un enfoque geográfico agregado a nivel municipal para toda España en las cuatro elecciones generales que han tenido lugar desde la eclosión del sistema de partidos (2015, 2016, 2019-A, 2019-N).