La teoría transfeminista surge en el contexto de un prolongado debate en torno al sistema sexo/género, la sexualidad, y su relación con el sujeto político del feminismo. En tanto que base teórica de un movimiento, debe entenderse como una teoría inacabada, de contornos difusos, siempre parcial y situada, y que se articula como teoría a menudo después de ser ejercida como práctica política. Tratando de interpelar a los «géneros normativos» sin embargo, de poner en el centro del debate la especificidad de la opresión sexual como algo distinto pero interrelacionado a través de la heteronormatividad con la opresión de género, y de complejizar los análisis sobre la interacción entre el cuerpo, la psique y lo social, la teoría transfeminista somete al feminismo a una serie de mutaciones fundamentales. La primera respecto a la interpretación de la relación entre sexo y género. La segunda respecto al sujeto político del feminismo. Y la última en relación a las estrategias y los medios a través de los cuales desarrollar la actividad activista y académica.

En un intento por vislumbrar las posibilidades que la teoría transfeminista abre para el estudio de las relaciones internacionales, esta ponencia se centra en la red transnacional de defensa de las personas trabajadoras del sexo en Europa. En concreto, se analiza la Conferencia Europea de 2005 sobre Trabajo Sexual, Derechos Humanos, Trabajo y Migración, que estuvo acompañada por una declaración, un manifiesto, una manifestación en las calles de Bruselas, y una serie de recomendaciones respecto a la regulación del trabajo sexual. A través del análisis del modo en que las personas trabajadoras del sexo construyeron una subjetividad colectiva activista basada en una comprensión verdaderamente plural del sistema sexo/género, y de las estrategias políticas mediante las cuales cuestionaron la noción territorial y culturalmente delimitada de la ciudadanía europea, así como el límite discursivo de los derechos humanos, la ponencia defenderá que la teoría transfeminista contribuye a profundizar en el papel que «la diferencia» juega en la política internacional, así como a cuestionar las asunciones cis-sexistas que se encuentran detrás de la disciplina a través de la visibilización del papel que los cuerpos normativos y no-normativos juegan en la política internacional.