A través de esta ponencia pretendemos señalar la importancia del factor tribal en los regímenes políticos establecidos en Yemen a lo largo del siglo XX y en lo que llevamos de XXI, en el que las tribus se han consolidado como la clave ineludible en la configuración política de ese país.

La perspectiva histórica contribuye a resaltar el elemento tribal. Para ello, en primer lugar, hay que hacer referencia a la experiencia socialista en ese país, inspirada en la vocación internacionalista de la Revolución Soviética, que hizo evidente, ya desde los primeros momentos, la necesidad de una síntesis entre marxismo e islam. Durante el estalinismo se experimentó a fondo la transformación acelerada de tribalismo en nacionalismo como paso previo a la sovietización en las repúblicas del Asia Central. Con el tiempo, en la Unión Soviética, las enseñanzas extraídas de ese proceso se aplicaron en el desarrollo de la teoría sobre los países “orientados hacia el socialismo”, como la República Democrática Popular de Yemen del Sur, la experiencia soviética más ortodoxa intentada en el mundo árabe, entre 1967 y 1990. La estrategia resultante recordaba bastante la aplicada por el poder soviético en Asia Central para lograr una transición acelerada desde una sociedad tribal y nómada a otra socialista.

La caída del régimen pro-soviético en Yemen meridional llevó a la retribalización de la sociedad. De hecho, el régimen que operó la unificación de Yemen del Norte con Yemen del Sur continuó con la labor emprendida tras la instauración de la República de lograr el encaje político de las tribus en un Estado moderno. Sin embargo, el presidente Ali Abdullah Saleh cayó en el exceso, llegado a  tribalizar el Ejército con tribus políticamente afines.

La Primavera Árabe supuso la repotenciación del papel político y social de las tribus en repúblicas árabes como Libia o incluso Irak, aparte del mismo Yemen, pero más como sustitutos de emergencia cuando falla la administración, debido a la guerra o la inestabilidad política. De esa experiencia de cambio político surgió la pregunta de si la tribalización podría terminar siendo un agente válido para la consolidación del Estado.

Dicha pregunta que sigue siendo válida a día de hoy, mientras se observa, en el plano interno, el colapso de la República y el fortalecimiento de los huzís, y, a nivel del proceso general tras el estallido de la Primavera Árabe, la consolidación de las estructuras políticas tradicionales (como las monarquías) y el colapso generalizado o, cuanto menos, el cambio profundo en las repúblicas.