Programas, elecciones y encuestas. Los partidos nacionalistas en Cataluña y País Vasco en tiempo de crisis

Autor principal:
Óscar Martínez Tapia
Programa:
Sesión 1
Día: miércoles, 20 de septiembre de 2017
Hora: 16:00 a 18:00
Lugar: Seminario 2.2.

Las crisis económicas nunca se deben desaprovechar. Los partidos políticos se ven forzados a replantear muchas de sus estrategias a partir de unas circunstancias socioeconómicas excepcionales en las que ponen a prueba su función de representación de unos intereses ciudadanos alterados por el contexto y el espíritu cuasi apocalíptico que toda gran crisis trae consigo. Las prioridades cambian, las susceptibilidades están a flor de piel y para muchos partidos representa una oportunidad de influir en la agenda política con reivindicaciones que en tiempos de bonanza es más complicado formular. Este es el caso de los partidos nacionalistas que pueden articular agravios comparativos "insoportables" y radicalizar sus discursos apelando a las identidades primarias de muchos de sus votantes. Este es claramente el caso del nacionalismo en Cataluña y sus partidos y, en menor medida, en el País Vasco. 

En un estudio anterior (Los problemas no resueltos de la democracia. Centro y periferia en España, Madrid: Arrebato Libros, 2016), demostré con datos del Manifesto Research Group (MRG), basados en el análisis de contenido de los programas electorales de los partidos nacionalistas en Cataluña y País Vasco entre 1977 y 2008, que éstos dedicaban una ingente proporción de sus programas (e increscendo en el tiempo) a la dimensión centro-perifería, mientras que padadójicamente recibían menos cantidad de votos y catalanes y vascos comenzaban a abrazar (más) confortablemente su identidades duales. En otras palabras, estos partidos de estas regiones empujaban vehementemente sus respectivos "problemas con Madrid" al centro de la agenda política lo que, en principio no les reportaba más sufragios sino más bien al contario y los ciudadanos de estas regiones priorizaban otras cuestiones (económicas, sociales, culturales, de infraestructuras, etc.) sobre el irredentismo nacionalista. Paradigmático es el caso del llamado "Plan Ibarretxe" que, pese a ser una apuesta personal de un Lehendakari miope y de una generación trasnochada del nacionalismo vasco, acabo muerto por inanición. En País Vasco y Cataluña los nacionalistas de PNV y CiU luchaban, mal que bien, por mantenerse como partido hegemónico en las instituciones autonómicas. La democracia de consenso, formulada por Arendt Lijphart y de la que el diseño institucional español participaba ma non tropo, parecía estar solucionando o al menos amortiguando el problema territorial en España.

Y en 2008 llegó la mayor crisis económica desde la gran depresión. Mientras que en el País Vasco el tono general del discurso nacionalista se moderó fruto del final del terrorismo de ETA y de un espíritu de "reconciliación nacional", en Cataluña las elites nacionalistas de CiU apostaron decididamente por una huída hacia delante y transitaron de un legítimo y frúctifero autonomismo hacia un independentismo agresivo. El trabajo que se presenta actualiza los datos del MRG en elecciones autonómicas y generales hasta 2016 y los interpreta a partir del apoyo electoral recibido por estas formaciones en ambas regiones y, por último, cruza los datos con resultados de encuesta sobre el estado de ánimo de catalanes y vascos respecto al independentismo. Intentamos comprobar si la hipótesis principal del libro (los partidos nacionalistas de estas regiones inflan la dimensión centro-periferia en sus programas, una dimensión que no parece estar ni remotamente tan viva en las urnas ni en las calles de sus regiones como en sus programas. Echan así leña a un fuego irredentista del que depende su hegemonía política y de alguna manera su supervivencia a largo plazo) continúa siendo válida. 
 

Palabras clave: nacionalismo, representación, opinión pública, MRG