El populismo  se presenta en  el contexto político contemporáneo como la venganza del individuo de a pie que se siente ignorado por las élites: los políticos, los grandes medios de comunicación, los tribunales, la Unión Europea. Este acto vengativo inicialmente no parece tener signo político traducible en el contexto institucional de la democracia liberal partidista, es decir, pretende trascenderla. De alguna manera el “momento popular” es trascendental respecto de cualquier modo de institucionalización política: monarquía, tiranía, democracia, parlamentarismo liberal, etc.

Sin embargo, el nacimiento de la categoría política “pueblo” tal como la entendemos actualmente, pertenece a un contexto  político revolucionario progresista, aunque pueda rastrearse su genealogía teórica en el absolutismo teórico. De ahí la perplejidad que puede suponer la existencia de un populismo conservador. Sin embargo, la categoría política pueblo es meramente formal y no implica un contenido determinado, sino simplemente un posicionamiento enfrentado, de ahí que la significación que adquiera, su contenido “sustancial” no esté predeterminado. Efectivamente, el acceso al poder en las sociedades postrevolucionarias siempre tiene que enfrentarse con el mito de la posibilidad de hallar una forma “pura” y consiguientemente no “mediada o adulterada” de la voluntad popular. Este mito revolucionario es el que reaparece una y otra vez en la dialéctica discursiva: “pueblo simbólico/pueblo encarnado”, “pueblo representado/pueblo empírico”, “voluntad general/voluntad del pueblo”. La posibilidad de definir un populismo conservador depende de las posibilidades de determinación sustancial de lo conservador y lo progresista que vayan más allá de la reivindicación de la originaria apropiación de lo popular (vaciado completamente de contenido: el pueblo puede ser liberal) por el pensamiento progresista. Este desplazamiento es el que parece haberse producido en nuestros días.

La ponencia, en el marco disciplinar de la filosofía política, analiza la genealogía de la categoría política “pueblo” con el objeto de hallar mayor claridad sobre el fenómeno populista tal como se presenta en las sociedades contemporáneas, muy particularmente como una respuesta a la crisis de representación. Para ello se apoyará particularmente en los análisis de Lucien Jaume, Jan Werner Müller, Pierre Rosanvallon, Andreas Kalyvas.