La disolución de Yugoslavia tuvo como una de sus principales consecuencias el surgimiento de nuevos estados-nación. El proceso de construcción institucional e identitario se asentó sobre varias estrategias. El nacionalismo excluyente promovido por los líderes de los estados sucesores de Yugoslavia, se desarrolló sobre discursos políticos y creación de simbologías nacionales. Una de ellas sería la utilización de los equipos deportivos como símbolo de la nueva realidad nacional. Tras las guerras de los Balcanes, lejos de abandonarse, esta simbología se acentuó hasta el extremo de que cada partido en el ámbito regional haya supuesto un hito en el día a día de estos países. En el caso de Kosovo, además lleva acompañado la polémica sobre el reconocimiento internacional, un hecho que no es baladi en el ámbito del deporte, especialmente el fútbol. En estos momentos se da la paradoja de que Kosovo ha sido incorporado a la UEFA recientemente, lo cuál puede llegar a generar cierta polémica entre los países no reconocedores. Estas y otras cuestiones serán analizadas a lo largo de esta comunicación.