Un régimen democrático requiere de una ciudadanía que participe en los asuntos públicos de su comunidad, pues si los ciudadanos no participan en el proceso político, la democracia carece de legitimidad (Somuano, 2005). Si lo anterior se acota estrictamente al ámbito electoral – participación a través del voto –, se puede afirmar que una baja participación representa serios riesgos para la continuidad y el fortalecimiento de la democracia, motivo por el cual es importante identificar y evaluar el impacto de los factores asociados a bajas tasas de participación electoral. Uno de los factores que puede influir en el proceso político y, por tanto, en el resultado de las elecciones es la violencia. Un contexto violento genera desconfianza institucional, pudiendo ésta reducir el grado en que los ciudadanos perciben que el gobierno está realizando su trabajo de manera correcta (Díaz, 2016), llevándolos a recluirse en el ámbito privado y a despreocuparse de los asuntos públicos.

En el caso mexicano, el tipo de violencia que puede tener un mayor impacto en los resultados electorales es la producida por el crimen organizado (Bravo et al., 2014).  Aunque los contextos caracterizados por la existencia de violencia criminal pueden ser determinantes en la participación electoral, han sido escasamente abordados por la teoría y poco analizados de manera empírica (Bedoya et al., 2019), por lo que la literatura al respecto es menos concluyente que en el resto de los tipos de violencia (Bravo et al., 2014). Mientras que algunos autores sostienen que la violencia criminal no tiene ningún efecto en las elecciones (Fernández, 2013), otros han encontrado un efecto negativo, tanto a nivel agregado (Trelles & Carreras, 2012) como a nivel individual (Bratton, 2008).

En el caso concreto de la presente investigación, el objetivo es analizar si la violencia criminal (medida por la tasa de homicidios cometidos con arma de fuego por cada 100.000 habitantes) tuvo algún efecto o no sobre la participación electoral en las elecciones municipales celebradas en la Ciudad de México durante el periodo 2006-2018. Para alcanzar dicho objetivo se realiza un análisis de regresión lineal múltiple con el programa SPSS al objeto de estudiar la relación entre violencia criminal y participación electoral. Además, se incorporan al modelo otra serie de variables señaladas por la literatura como influyentes en el comportamiento electoral de los ciudadanos (Ley, 2018; Trelles & Carreras, 2012). De acuerdo con trabajos previos, se espera encontrar que una mayor violencia criminal está asociada con una menor participación electoral y que ésta beneficia al partido en el poder.