Sin duda, todos somos testigos de los vertiginosos cambios que el mundo está viviendo, y por consecuencia, hablar de cooperación en tiempo de crisis es aún más necesario, aunque eso comporte un cambio en el rol y en los métodos seguidos hasta ahora.

El efecto de la crisis ha dejado a millones de personas a las puertas de la pobreza y, de hecho, la realización de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (eje central de la Agenda de cooperación internacional, por lo menos, hasta el 2015), se ve muy dificultada.

Así que, la cooperación sigue siendo una política prioritaria, basada en la necesidad de enfatizar frentes prioritarios de intervención como la eficacia, la coherencia, la busqueda de fuentes innovadoras de financiación e impulsar el compromiso de los actores de la cooperación.

Durante la última década, han surgido economías emergentes que han crecido a un ritmo muy superior al de las economías desarrolladas, y consiguientemente ha aumentado de modo significativo su participación en el PIB mundial, así como en el comercio, la inversión directa y los mercados financieros internacionales, tendencia que continuará en los próximos años.

Estos desarrollos son interpretables como manifestaciones de una evolución hacia un orden internacional más multipolar, en el que los Países emergentes desempeñan ya, y desempeñaran aún más en el futuro, un papel trascendental.

El reconocimiento de este mundo multipolar ha desembocado en la construcción de una nueva arquitectura de la gobernanza global, y por consecuencia, junto a los donantes tradicionales, que se asocian habitualmente a los Países ricos, han surgido donantes emergentes, como los así llamados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), cuyo objetivo es lo de organizarse mutuamente para determinar los equilibrios mundiales; a  través de actividades conjuntas esperan elaborar estrategias para favorecer la cooperación comercial, política y cultural entre ellos, establecer una más equilibrada distribución del poder global más allá de la hegemonía de los Países G7 dando más peso a los Países en vías de desarrollo.

Considerado todo eso, resulta interesante analizar y debatir sobre como el mundo ha cambiado en los últimos años, dando paso a un nuevo tipo de cooperación internacional para el desarrollo llevada a cabo por las economías emergentes para hacer frente a los desafíos del desarrollo.