El discurso eficientista y economicista de la Nueva Gestión Pública (NGP) implicó la consolidación y priorización de ciertos principios que, con la intención de superar las restricciones del modelo burocrático, pretendieron importar estrategias de gestión empresarial y privada al ámbito público. Tras más de tres décadas de desarrollo doctrinal y aplicado del paradigma en que queda embebida la NGP, existe evidencia empírica y perspectiva longitudinal suficiente como para realizar una valoración del mismo desde diferentes perspectivas. El presente trabajo aborda dicha evaluación a partir de una aproximación ligada a los factores que impulsan la tecnocracia al socaire de la Gestión Pública de la crisis financiera internacional y su impacto sobre las instituciones y organizaciones nacionales; a saber: 1. El estrechamiento de las opciones de decisión, constreñidas a la viabilidad técnica y la lógica racional de las mismas en un ámbito exclusivamente económico; 2. La consolidación de un contexto permanente de emergencia marcado por la inmediatez en la gestión y nuevos tempos; 3. El discurso de la despolitización y la crisis de confianza en los partidos políticos, la política y las instituciones públicas; 4. El elevado grado de especialización económica y complejidad regulatoria; 5. La información como recurso de(l) poder y la asimetría, tanto en la generación como en el uso de tal recurso; 6. La desideologización de la confrontación política y el shift-blame como derivación de responsabilidades mutuas entre el ámbito directivo público de carácter político y el de naturaleza técnica; y, 7. El particular auge de la globalización en el impulso de la tecnocracia, máxime en contextos nacionales de dependencia económica internacional.